Fumigaciones: El empleo de gases para control de plagas
La fumigación de plagas urbanas es un tratamiento de control de plagas que funciona con la aplicación de fumigantes en superficies clave y de forma directa a la plaga que se ataca.
Un fumigante o plaguicida es un activo químico que, a temperatura y presión normales, se encuentra en forma gaseosa y que puede estar a una concentración correcta y suficiente para eliminar las plagas. Los fumigantes son diferentes de los humos (que son partículas sólidas dispersas en el aire) y de las nebulizaciones o aerosoles (que son partículas líquidas dispersas en el aire).
Las partículas y las gotas no penetran en las mercancías ni se difunden por el aire tan bien como los gases fumigantes. Por ello la forma o técnica más ideal para controlar la mayoría de las plagas es con la fumigación.
Ventajas de la fumigación de plagas
- Los plaguicidas se penetran en ranuras, grietas y artículos, eliminando las plagas. Y con el seguimiento, terminando con la plaga en todo su ciclo de vida.
- Puede lograrse la eliminación de las plagas al 99%.
- Cuando los productos se usan en concentraciones correctas y en forma, dejan residuos casi nulos, por lo que se pueden utilizar con seguridad para tratar productos alimentarios.
- Gracias a su capacidad de penetración, pueden ser utilizados en lugares donde cebos, polvos o aerosoles no serían eficaces.
Usos de la fumigación
- Industria alimentaria y en general Urbana: Fumigación de oficinas y espacios abiertos y cerrados
- Control de plagas en casas y zonas habitacionales
- Áreas verdes